PROLOGO de osman albang

Prologo.
Según se lo mire, nuestra diferencia puede no ser más que la visión que nos une,
somos coleccionistas eternizadores, nos gusta captar el alma de lo que nos rodea,
la mera idea de estar en un cuarto por más oscuro que este se torne,
nos hace buscar la forma su silencio.
Caminamos junto a vos, ocasionalmente al lado uno del otro,
nos sentamos en el mismo banco de plaza y nos cuesta lo mismo subir las escaleras,
almorzamos dispares en horarios como todos, y algunos tienen la suerte de dormir una siesta,
nos vestimos de azul, con tonos llamativos,
pero también nos gustan los colores clásicos y no diferenciarnos mucho.

Alternativas y rumbos diferentes cuyos puntos encontrados suelen ser la suelas de los zapatos,
el kiosco de revistas, una hoja de papel escrita en la calle y un sin fin de elementos los cuales nosotros adoptamos como propios.
En ocasiones sin buscarlos ahí están, esperando que alguien llegue,
alguien que le preste atención, levante su esencia y lo atesore.
Cazadores de formas, amantes de texturas, idealistas de luces, guardianes de sombras y otros disfraces,
quizás sin mucho más legados pero con posta en mano deambulamos erguidos con nuestras lentes atentas al siguiente paso,
el que alguien olvidó, los que otro realizo, mil y un caminos hasta llegar al parpadeo de nuestra extensión del ser,
nuestro tercer ojo, con su certera mirada imperfecta.
Las futuras primaveras nos mantienen expectantes de colores escondidos, los otoños nos inundan de vuelos,
un verano refleja la necesidad del cielo y cualquier otro invierno susurra un bostezo sobre las sierras.
Técnicas e instinto conviven en cada uno de nosotros, quien más quien menos, solo miradas diferentes,
posibilidades infinitas, y en nuestra visión estamos tomando una parte de lo cotidiano para hacelo perdurar en su peculiar belleza,
lo enaltecemos, somos recolectores de situaciones, administradores de olvidos... somos coleccionistas eternizadores.

Osman Albang.-
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